Mejorar la relación con tu alimentación es un paso crucial hacia el bienestar físico y emocional. Una buena relación con la comida implica entender y respetar las señales de tu cuerpo, así como reconocer el valor nutritivo y el placer que la comida puede aportar a tu vida.
Cambiar hábitos arraigados puede ser difícil y llevar tiempo. Celebra los pequeños logros y sé paciente con los desafíos. Recuerda que el objetivo es nutrir tu cuerpo y mente, no seguir una dieta perfecta. Si encuentras dificultades en el camino, considera buscar el apoyo de un profesional en nutrición que te guíe según tus necesidades individuales.
ELIGE ALIMENTOS SALUDABLES
En el momento de hacer la compra es cuando debes elegir bien los alimentos. Si durante la compra adquieres una gran cantidad de precocinados, en casa te resultará mucho más difícil alimentarte con comida saludable.
Una de las características del llamado “comer emocional” es que solemos recurrir a alimentos poco saludables y altamente calóricos, y una gran variedad de alimentos ultra procesados y ricos en azúcar, sal y grasas. Estos alimentos, además de ser nocivos para nuestra salud, están elaborados específicamente para “engancharnos” a ellos.
MINDFUL EATING
La alimentación consciente es una filosofía que nos invita a prestar atención plena a nuestros hábitos alimentarios y a nuestra relación con los alimentos. Se trata de adoptar una actitud de atención plena hacia lo que comemos, cómo lo comemos y por qué lo comemos. Todos vivimos con prisas, estrés y distracciones, por lo que comer de forma consciente nos ayuda a reconectar con nuestra experiencia alimentaria de una manera más significativa.
REALIZA ACTIVIDAD FÍSICA
Algo muy importante es saber que el ejercicio no sólo ayuda a lograr cambios en tu aspecto físico, te ayuda a alcanzar muchos objetivos de salud como, regular los niveles de estrés, glucosa, presión arterial e incluso mejoran tu estado de ánimo y promueve un descanso reparador. Te proponemos que aproveches este tiempo libre manteniéndote en movimiento y disfrutes lo que tu cuerpo es capaz de hacer.
NO DESCUIDES EL DESCANSO
Tener una buena higiene del sueño te ayuda a reducir el riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y depresión. También mejora tu concentración y memoria, baja los niveles de estrés e irritabilidad, y hasta te ayuda a mantener un peso saludable. Trata de mantener un horario fijo para dormir y despertar.
MANTENTE HIDRATADO
La hidratación es muy importante porque esto ayuda a regular la temperatura del cuerpo, mantener las extremidades lubricadas, llevarle nutrientes a las células y que tus órganos funcionen mejor. Y recuerda que no toda la hidratación debe venir del agua, también la encuentras en alimentos como sandía y lechugas. Una adecuada hidratación te puede ayudar a mejorar tu digestión, la función de tus riñones y lucir una piel más hidratada.